
El pasado sábado 31 de mayo, la Familia Guanelliana en Paraguay celebró el Jubileo por los 85 años de presencia y misión en el país con una emotiva peregrinación a la Basílica Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé. El evento, que forma parte de las celebraciones por el centenario del carisma guanelliano en América Latina, reunió a religiosos, cooperadores y a la comunidad local en un momento de fe, gratitud y renovación del compromiso social. La celebración reunió a todas las obras de Paraguay y contó con la presencia de un gran número de fieles, con especial destaque para los jóvenes que participaron activamente de esta jornada jubilar.
La programación comenzó a las 8:15, con el encuentro de los participantes en Tupasy Ykua. Luego, todos siguieron en peregrinación hasta la Basílica, donde a las 9:00 se celebró la Santa Misa. La ceremonia contó con la presencia de sacerdotes y hermanos Siervos de la Caridad, hermanas Hijas de Santa María de la Providencia, Cooperadores Guanellianos y fieles de la región. Entre los celebrantes estaban el P. Sergio Rojas, consejero responsable en Paraguay, y el P. Ciro Atanasio, superior provincial de los Siervos de la Caridad.
Los guanellianos llegaron a Paraguay el 1 de mayo de 1940, provenientes de Argentina. Recibidos en el puerto de Asunción por Monseñor Bartolomé Adorno, los religiosos iniciaron una trayectoria marcada por la dedicación a los más vulnerables. Uno de los principales frutos de este trabajo es el Hogar de Ancianos La Piedad, fundado en 1952, que actualmente acoge a ancianos en situación de vulnerabilidad, muchos de ellos sin familia. El hogar, bajo la dirección del Hno. Gregorio Aguilera, se mantiene con el apoyo de religiosos, cooperadores y voluntarios, y se ha convertido en un referente de dignidad, atención integral y ambiente familiar.
El carisma guanelliano, inspirado por San Luis Guanella, sigue impulsando la acción solidaria y la promoción de la dignidad humana. A lo largo de 85 años, la Familia Guanelliana se ha consolidado como un faro de esperanza y solidaridad, adaptando su misión a los desafíos de cada época y expandiendo la pedagogía del amor providente en Paraguay y en el mundo.
La celebración en Caacupé fue también un momento de homenaje a los benefactores, religiosos y laicos que contribuyeron a esta historia. En un clima de emoción y gratitud, la Familia Guanelliana renovó su compromiso de seguir sirviendo a los más necesitados, guiada por el lema de San Luis Guanella: “La caridad es el fuego que debe encender todos los corazones”.
Que San Luis Guanella y la Divina Providencia sigan guiando y bendiciendo la misión guanelliana en Paraguay y en el mundo.